Sebastián Vega a corazón abierto: la palabra del primer basquetbolista que admitió su homosexualidad
“Hay que romper el tabú y demostrar que se puede ser gay y deportista profesional”, dice el jugador de Gimnasia y Esgrima que esta semana fue noticia nacional al admitir su orientación sexual con una valiente carta.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – En un café de un hotel de Córdoba, durante la previa del partido entre Gimnasia e Instituto, Lucas Pérez, el amigo al que había elegido para transformarlo en cómplice de esta historia, le dijo que era tiempo de contarlo.
La causalidades del calendario de la Liga hicieron que coincidan en la misma ciudad y Sebastián Vega, el primer basquetbolista que admite que es homosexual, comenzó convencerse que tenía que hablar públicamente para “liberarse”, como él mismo definió en la carta que se viralizó.
“Me dijo eso y fue como que “sí, me parece que sí”. Yo lo iba a hacer así nomás y un amigo de Comodoro me pasó el contacto de Germán (Beder, histórico jefe de prensa de la Generación Dorada) que me ayudó un montón. Empezó a fluir todo”, contó en una entrevista con Infobae.
Vega está contento por todo lo que sucedió a través de la carta que publicó. “Estoy muy contento por tantos mensajes de cariño. Me gusta ir leyendo una por una las historias que me mandan. Me dicen que se sienten identificados, hay historias muy duras. Ojalá que lo que hice pueda ayudar a las personas a tomar fuerza. Que sean capaces de tomar la decisión de hacerse libres".
El alero sabe que una decisión de este tipo nunca debería ser noticia. Sin embargo, entiende que los tiempos de hoy aún obligan a ese reto. “La situación no debería ser así, la sociedad no debería discriminarnos. No debería ser noticia que uno salga a decir que es gay”, reflexiona.
Sebastián asegura que la decisión fue progresiva. “Lo más importante fue decirle a mi familia, porque no quería que se enteraran por algún rumor, que se enteren por otra gente. Fui directo a ellos que son los que siempre están. Costó un poco al principio porque es un proceso para ellos también. Hay que llevarlo hablando. A mi viejo le costó un poco más, pero lo va llevando bien. Llegó un momento donde era agotador, cansador, demanda mucho, provoca mucho estrés ir de un club a otro y tener que empezar nuevamente a exponerte, a decir “che, soy gay”. Es muy desgastante”.
Pero el resultado fue liberación, tal como dice en el escrito. “Como dice la carta, uno deja de hacer cosas que a uno le gustan, o uno a veces se tiene que reír de chistes que no le causan gracia; o situaciones que no te sentís cómodo y tenés que hacer como si no pasara nada. Sentirse libre tiene que ver con eso. No con un libre de salir con plumas y maquillarse, que cada uno puede hacer lo que quiere si es lo que le gusta, no estaría mal, pero mi liberación es con ser uno mismo. De sentir que mi profesión y mi vida privada pueden ir de la mano, porque durante mucho tiempo no podía con esta situación y quería retirarme. No todo el mundo puede estar de acuerdo, pero no quiero mentir. Uno se cansa de omitir un montón de información, de cosas, principalmente a amigos. Cuando no podía contarle a amigos pensaba eso: ¿qué amistad les estoy dando si no les cuento cosas importantes?”
Vega habla de proceso, y según admitió siempre lo supo aunque no quería darse cuenta. “En el inconsciente uno lo sabe, pero tampoco tuve las herramientas como para decir “es esto”. Es un proceso bastante difícil. Hoy por hoy los jóvenes vienen con otra mentalidad, sin estructuras, sin tantas barreras que tenemos esta generación bisagra que somos nosotros. Tenía un amigo con el que empecé a sentir atracción y pensé ‘hay algo que pasa que es distinto a un amigo’. Tenía 22 años, aproximadamente. Conocí a un chico, con el primero que estuve, y la pasé súper mal. Una de las peores noches de mi vida. No por él, sino por todas las estructuras. Sentía que estaba en falta, tenía culpa, vergüenza. Después traté de seguir con mi vida heterosexual, entre comillas, hasta que conocí a mi ex pareja, me enamoré y dije me la juego. Pero fue un me la juego pero seguimos tapados, una relación a distancia, mis viejos no lo van a saber, mis amigos tampoco. Mi ex pareja cargó con un montón de cosas que no tendría, pero son procesos”.
Por lo pronto se prepara para el próximo partido, con un calendario suspendido por el coronavirus. “Vamos a ver ahora cómo sucede todo. Es todo nuevo. Pero trataré de tomarlo con humor. El humor es sanador. Con mis compañeros seguimos jodiendo igual que siempre. Yo me río. No hay que ser tan sensible. Los cantos son parte del folclore, no es que ahora no se puede decir una palabra. Como decía Nico Fernández: si me gritan puto, me doy vuelta y me río. ¡Y sí, qué te puedo llegar a decir, ya lo sabe todo el mundo! Cuando vas de visitante, lo que buscan es que a uno le afecte lo que dicen para que no juegue bien, para que se equivoque”, sentenció, sabiendo que lo más difícil ya pasó.