(Pasta de Campeón / ADNSUR) - Naiara Páez vive su adolescencia de la mejor forma. Es una gran estudiante del Colegio Universitario Patagónico (CUP) y una deportista destacada. Como a veces sucede con los chicos, comenzó su incursión en el deporte en otra disciplina, pero hoy ya sabe cual es su lugar en el mundo.

“Yo empecé en patín artístico, pero me quebré dos veces, una vez el codo y otra la muñeca. Mi mamá Laura jugaba al hockey y me llevaba, pero no me gustaba, no me llamaba la atención y no lo veía posible de hacer pero al final terminé acá”, contó a Pasta de Campeón.

Como dice Naiara al principio no le interesaba la actividad. Sin embargo, un día acompañó a su madre a una práctica y el entrenador empezó a jugar con ella. El flechazo fue inmediato. “Me acuerdo que el profe comenzó a hacer pases conmigo y por la dinámica me gustó. Para seguir los pasos de mi mamá me puse de defensora. Tenía 9 años y estuve un año de defensa”.

Por ese entonces, Naiara estaba en la primaria y era la única chica a la que le permitían jugar con los varones al fútbol, pero solo la dejaban atajar. Como le gustaba estar bajo los tres palos, le comentó a su mamá y le dijo que quería probar suerte en el arco de hockey. Laura la escuchó y le brindó las herramientas para que pueda ver si era lo suyo.

“Me llevó a probar un entrenamiento solo de arquera. Fui un mes sin que el club sepa. Ahí me gustó por un tema que es una posición que va la gente bruta y yo lo soy”, dice entre risas. “Pero desde un principio me sentí cómoda”, admite.

Nai tenía 10 años y como esa categoría es recreativa se juega sin arqueros. Por eso la subieron a Sub12 y comenzó un camino en ascenso que no paró. Desde entonces, la arquera comenzó a saltar etapas. Así, cuando cumplió 12 fue a Sub14 (antes por su edad no podía). Estuvo tres años en esa división y saltó a Sub16.

En paralelo participó de diferentes procesos de seleccionados de la Asociación Austral, y en Sub14, junto al selectivo de Pista quedó segunda a nivel nacional, mismo puesto en Campo en Sub16.

En ese último certamen, la joven fue distinguida como mejor arquera del torneo y mejor jugadora de la final. Pero ese no fue el único premio, ya que la semana pasada salió la lista de preseleccionadas para el Campeonato Argentino Indoor que se llevará a cabo en octubre, en Bariloche, y está dentro.

Pero Naiara no se conforma, y en los veranos aprovecha para capacitarse. “Voy a Buenos Aires a la clínica de Lombi Project. Es de alto rendimiento y participan jugadoras de seleccionados de diferentes uniones o ciudades. Siempre vine con buenas devoluciones, lo que me lleva a ganar experiencia y técnica”, admite con orgullo.

UN AÑO PARA RECORDAR

Este 2022 no será un año más para la joven deportista. Naiara ya tuvo su debut en la Primera División de Calafate y está en los preselectivos del plantel superior de Austral, en ambas modalidades.

Como si esto fuera poco, a semanas de su estreno con el primer equipo de Calafate, disputó el Regional “B” de campo en Neuquén, y fue la heroína de su equipo.

Su capacidad bajo los tres palos la llevó a ser una pieza fundamental del plantel que salió campeón y ascendió al “A”, con una memorable actuación de Naiara. La arquera definió cinco series consecutivas atajando penales, y Calafate terminó el certamen de manera invicta. Sin embargo, admite que no todo fue color de rosas. “Hubo varios partidos duros. La semifinal, por ejemplo, la jugamos contra el local (Neuquén). Teníamos todo para perder. La cancha toda alentando para ellas. Íbamos empatadas 1 a 1 y a poco de finalizar me meten el segundo. Estábamos resignadas. La capitana nos dijo que podíamos empatarlo, que la fe era lo último que se perdía. Sacamos del medio, tres pases rápidos y gol de desvío. Y ahí todas arriba de la que metió el gol. Después a defenderse porque confiaban en mí para los penales”, recordó.

El partido final también la tuvo como protagonista. En un empate sin goles Naiara atajó el último penal y se quedó con la gloria. “De la emoción revoleé todo y nos pusimos a saltar. No nos salían las lágrimas de lo que lloramos el día anterior en la semi”.

Pero cuál es el secreto para ser determinante en ese puesto, en un momento tan difícil. Naiara cree que todo está en la cabeza. “Los penales me generan demasiada confianza. Sé que corro ventaja por mi tamaño. Salgo y causo nervios en la rival”, dice al analiza lo que sucede bajo los tres palos.

Lo cierto es que más allá de su porte, la joven debe tener alguna técnica para ese momento crucial, mano a mano, que quedará en secreto. Lo que sí es seguro, es que la unión y adaptación con sus compañeras fue fundamental para la consagración, tal como cuenta.

“Con el grupo me siento re bien. Ahora siento que estamos todas muy conectadas, con  buen ánimo y un entendimiento lindo en la cancha”, destacó.

CRECER Y AGRADECER

Por estos días, la joven entre a diario, intercalando trabajos en el Gabinete Metodológico de Alto Rendimiento del Ente Autárquico Comodoro Deportes y doble turno en el club para estar con Sub16  y Plantel Superior.

Por supuesto sigue con sus capacitaciones en Buenos Aires, y busca devolverle al club todo lo que le dio. Por eso tuvo la idea de entrenar a las arqueras de la institución, algo que desde la dirigencia del club de Km. 3 vieron con buenos ojos.

“En  Comodoro no hay entrenadores que se especialicen, y con la experiencia que sume me siento capacitada para darles más herramientas. Hablé con mi mamá, se lo planteé al club y ellos aceptaron enseguida y hasta el día de hoy las sigo entrenando. Una de ellas salió  valla menos vencida y  las arqueras de mamis tuvieron una gran mejoría”, admitió.

Nai no se olvida de quienes transitaron este camino con ella y quiere nombrarlos. “A mis entrenadores: Lucas Molina, Alejandro Molina, Alan Arbe, Alejandro De Luca y Marcelo Cabero. A mi familia, que me acompañó desde el momento cero haciendo lo posible para ver y estar. Es un apoyo muy lindo el que me dan. También a Alejandro Speranza, mi  kinesiólogo, que me atiende a cualquier hora, cualquier día. Y al club en general. Entrenadores, compañeras, el presidente. Ellos siempre están tratando de facilitarme las herramientas. El club solventa gastos y se ha adaptado a mi forma de atajar porque a  veces rompo algunos trajes”, cuenta entre risas.

Naiara ya es una realidad dentro del hockey mayor de Comodoro, aunque aún solo tiene 16 años. Su pasión, heredada de su mamá, ha recaído en sus hermanos que siguen sus pasos. Martín (9) está definiendo entre ser jugador de campo o arquero, mientras que Abby (8) va sí o sí a los tres palos y está todo el día detrás de su hermana para que le de consejos y jueguen.

La importancia del acompañamiento familiar, del club y también del estado para hacer realidad los sueños y acompañar el proceso de los talentos es de suma importancia. Esto hace que la proyección de la arquera esté nutrida de herramientas. El resto lo pone ella, con esfuerzo, dedicación y confianza, su gran secreto bajo los tres palos.