Un 10 de septiembre, el atleta comodorense por adopción, hizo historia en los Juegos Olímpicos de Munich 1972, y fue quien marcó luego el camino de muchos atletas locales y zonales.

Nazario Araujo fue el primer atleta de Chubut clasificado para los Juegos Olímpicos. Muchos dirán que fue en Munich 1972, pero los que compartieron su carrera deportiva saben muy bien que cuatro años antes había logrado la marca para México 1968 pero un accidente en un entrenamiento en Comodoro le impidió participar.

Nazario Araujo resultó el “faro” para el surgimiento de excelentes generaciones de fondistas de esa provincia y siempre están los nombres del popular “Indio” Raimundo Manquel, Antonio Ibáñez, Albino Saldivia, “Cachano” Barría, Jorge Mérida, Mario Rodríguiez, entre otros  hasta llegar a esta nueva generación que lideran Joaquín Arbe (múltiple campeón nacional), Eulalio Muñoz y también David Rodríguez entre los de mayores progresos.

En la actualidad, Nazario se viene de recuperando de un ACV que lo tuvo internado varios días y su evolución es favorable. La lucha se hace día a día, pero su espiritu guerrero hace que su salud mejore día a día.

En una fecha tan especial, en distintas entrevistas publicadas en medios locales, Araujo comentó sobre el sentimiento olímpico. “Ser el primer atleta olímpico en representar a esta querida y amada Patagonia marcó un hito. Pusimos olímpica a la provincia del Chubut. No soy individualista, y siento que he aportado algo muy interesante para nuestra provincia. Ser olímpico es algo para toda la vida. Que mis nietos lean hoy un libro y vean mi nombre es algo muy lindo. El atletismo fue muy importante para mí, me permitió salir a correr por diferentes países que sin este deporte no podría haberlo hecho. Eso me fortaleció sin lugar a dudas en todo sentido”, afirmó en una nota publicada en El Patagónico.

Nazario empezó a correr a los 12 años, a nivel recreativo en el colegio y siguió ese camino del atletismo hasta los 36 años. "Cuando dejé de correr, me dediqué a la enseñanza y la docencia; siempre rodeado de amigos. Sin duda el máximo galardón para cualquier atleta es ser olímpico.  Hasta el día de hoy es el sueño de todos los deportistas del mundo”, explicó en una nota publicada tiempo atrás en la revista Play Deportivo.

MOMENTO HISTORICO EN MUNICH

Sin dudas haber estado en un Juego Olímpico fue un quiebre en su carrera deportiva y en su vida. Hasta hoy recuerda ese momento con mucha emoción. “Había corrido bien,  llegué a estar en el puesto 25. A los 37 kilómetros tuve una descompensación muy fuerte a nivel muscular y cuando entré al Estadio Olímpico estaba 48° y me desmayé. Quedé en la pista tirado y no me pude levantar pero para mí, igual participar fue lo máximo. Lo que me pasó en ese instante no me amilanó para nada porque a los grandes corredores del mundo también les ha pasado lo mismo alguna vez”, recordó en la nota realizada por El Patagónico.

Para Nazario, el atletismo fue todo en su vida pero lo más importante fue plasmar un nombre en la historia del deporte local, regional y nacional, algo que perdurará por siempre. “El atletismo siempre fue con la misma sintonía del esfuerzo. Yo nunca lo llamé sacrificio al entrenamiento, creo que no es sacrificio, es vocación. Sacrificios hacían los antiguos emperadores con la gente; pero el deporte es vocación, lo que te agrada, lo que te gusta hacer y los sueños que tenés cuando sos joven. El atletismo siempre fue y va a seguir siendo, con el mismo pensamiento e idiosincrasia. Al haber recorrido parte del mundo con el atletismo y estar en más de 16 países, uno se siente un representante orgulloso de haber nacido en esta tierra. Lo que podemos hacer nosotros los grandes es dejar semillas, que hacen proliferar todo el entorno de lo que ellos realizan como vocación también. Haber pasado por el mundo del deporte y haber dejado alumnos míos que trabajan tanto para las personas, trasmitiéndole los valores de una vida sana y en movimiento; eso es muy bueno”, remarcó el histórico atleta de los Juegos Olímpicos de 1972.

LA CAMPAÑA ATLETICA DE NAZARIO ARAUJO

Nazario Araujo nació el 25 de mayo de 1945, y fue uno de los más destacados fondistas argentinos a fines de la década del 60 y comienzos del 70. Comenzó a practicar atletismo a los doce años y quedó bajo la guía de aquel gran maestro de los deportistas chubutenses que fue el también olímpico Antonio Pocoví.

En 1968, Araujo se trasladó a Buenos Aires para representar al Club Atlético Independiente, donde su técnico fue otro grande nuestro atletismo, Osvaldo Suárez. Araujo se proclamó campeón nacional en 1.500 y 10 mil metros llanos, fue el animador de las principales pruebas pedestres de su época (ganador de la primera edición de Fiestas Mayas), representó a la Argentina en numerosas competencias internacionales y en el maratón de los Juegos Olímpicos de Munich 72.

Muy pocos saben que Araujo había clasificado a los Juegos Olímpicos 1968 pero se cortó el pie con una botella entrenando en Comodoro y eso lo privó de participar. 

Fuentes consultadas:

diario El Patagónico

Revista Play Deportivo