Juan María Traverso peleaba el campeonato (El Gran Premio del Sur) con Héctor Luis Gradassi y quien ganara la carrera se iba a coronar campeón del Turismo Carretera cuando todavía en la categoría más importante nacional se corría en ruta,

En la anteúltima etapa, en la que debían cruzar toda la Patagonia, desde Esquel hasta Comodoro sobre ripio, salvo los últimos 300 kilómetros que eran de asfalto, tanto Gradassi como Traverso tenían la misma cantidad de cubiertas y en las mismas condiciones.

Ambos equipos habían decidido parar donde terminaba el ripio para cambiar las gomas traseras. A esta altura, Gradassi ya le había sacado tres minutos de ventaja al “Flaco”.

Así que ante ésto el Flaco con su picardía característica "piola" averiguó por sus propios medios sin consultar a nadie de su equipo, si algún corredor había abandonado en la etapa anterior. Afortunadamente, un compañero suyo de Ford había dejado de competir, por lo que decide comprarle con su propia plata dos cubiertas nuevas para su Falcon y así evitaba frenar a cambiar las gomas (porque ya las había cambiado antes de la carrera) y recuperaba algunos minutos que Gradassi le había sacado.

“¡Listo, ya le gané a este viejo pelotudo por fín!”.
Pero no va que Juan María recorre unos 50 kilómetros más y "¡¡¡plaf!!!" revienta una cubierta.

No lo podía creer. En aquel entonces se largaba en tandas de a un minuto por lo que suponía que Gradassi al minuto, más el tiempo que habían tardado en cambiarle la goma, lo iba a pasar nuevamente.

El Ford del Flaco Traverso

Ya resignado, Traverso se baja del auto y decide sentarse en la banquina a las puteadas, pensando que nunca más iba a poder ganarle. Su acompañante lo alentaba para cambiar la goma, pero el “Flaco” estaba frustrado y se negaba a hacerlo.

5min ya habían pasado y Gradassi seguía sin aparecer.
El acompañante le dice a Juan María: “Quizás Gradassi rompió algo y nosotros esperando a que pase...”. Esperanzados, deciden cambiar la goma. y no va que justo en el momento que se estaban subiendo al auto para arrancar, pasa Gradassi.

Resultaba ser que Héctor había pinchado dos veces sus neumáticos antes de llegar al auxilio:
¡¡Traverso había desperdiciado varios minutos sentado al borde del recorrido!!

En la última etapa, que era una exhibición de 40 vueltas dentro del autódromo, Traverso debía sacarle tres vueltas para ganar y salir campeón. A todo ésto Gradassi rompió el motor y decidió esconder su auto para que el “Flaco” siga acelerando a fondo y rompa el suyo también. Si Juan María lo volaba, el campeón iba a ser Gradassi. Afortunadamente para Traverso, no le pasó nada al motor. Logró vencer a Gradassi y se coronó campeón...
 

De - Leandro Barrientos - Automovilismo del Recuerdo