De Comodoro al mundo tras la pelota: Jorge "Gato" Montesino, un docente del fútbol que sueña con dirigir un gigante asiático
El entrenador de 58 años analizó con PDC y ADNSUR su regreso a la ciudad petrolera tras su paso por Ecuador. Luego de iniciar su segundo ciclo en Huracán, busca que “su equipo sea competitivo y protagonista” en el próximo Torneo Regional que dará un ascenso al Federal A. Con trabajo, dedicación, mentalidad positiva y el acompañamiento de su familia, el técnico estudia inglés y se capacita pensando en nuevas metas a través del deporte más popular del planeta.
Por Emmanuel Hueicha
Fútbol, más que una pasión, un estilo de vida. Así podría resumirse la historia de Jorge “Gato” Montesino, el técnico comodorense que regresó a la ciudad petrolera con el objetivo de encarar su segundo ciclo en Huracán y disputar una nueva edición del Torneo Regional Federal Amateur.
Pero 30 años de trayectoria no es poca cosa. Dentro de ese lapso de tiempo vivió experiencias de todo tipo, desde estar en la élite del fútbol profesional argentino hasta volver a dirigir en una liga doméstica, donde cambian los estadios, el nivel de los partidos y hasta el de los propios jugadores, que cuentan con otras prioridades en la vida más allá de esta disciplina deportiva.
Aunque claro está, no importa si la cancha tiene césped alto o corto, ni siquiera si es de tierra. Tampoco tiene relevancia que la tribuna sea de cemento o tablones, si un club tiene más poder económico que otro. Para Montesino todo se equilibra con un solo elemento: la pelota.
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Con 18 años, Jorge tomó al “Lusitano” como su segunda casa. Lejos de la realidad que vive la institución en estos tiempos, el “Gato” reconoció que “no era bueno jugando, pero algo tendría porque con ese club pude salir campeón”. Allí, alternó la banda derecha e izquierda, algunas veces ocupó la zaga central. Sin embargo, tomó cada desafío como si fuera “un profesional, siendo amateur me entrenaba como si estuviera en el nivel máximo. Esa es la clave, por eso pude jugar mucho”, aseguró.
En esa oportunidad, “yo jugaba en Primera División y los profes eran Víctor Doria, Beto Bellido. Los ayudé y aprendí de ellos”, comentó.
El honor de vestir la camiseta nacional
Montesino tiene un cariño especial con el fútbol de salón. En dicha disciplina tuvo el privilegio de formar parte del combinado local en torneos nacionales, entre 1986-1994, alcanzó el logro máximo de un jugador de futsal: Jugar un Mundial con la Selección Argentina.
“Me tocó jugar el Mundial de Australia en el 1988, fue algo muy lindo ya que en aquellos tiempos era muy difícil poder tener una chance. Después me mantuve con la Selección de Comodoro, y en un tiempo jugaba y dirigía en cancha de 11. Creo que me fue bien, en 2008 decidí retirarme con MyL”, indicó.
El “Gato” consideró que muchas personas no conocen su pasado salonista y lo vinculan directamente con su rol de entrenador, a pesar que fue uno de los primeros exponentes de la capital del viento junto a Lanza y Cárcamo.
La CAI, el salto de calidad que le abrió camino al profesionalismo
En el “Azzurro” encontró una respuesta concreta que cambió su vida por completo. Allí, aprendió, se equivocó, mejoró y profesionalizó su carrera. Cuando la institución decide afiliarse a la Liga de Fútbol en 1994, Montesino volvió a cruzarse con Víctor Doria y se ofreció a darle una mano.
Era una entidad novata, pero con futbolistas que se preparaban para cambiar el panorama de la Patagonia por completo. “Me crucé un día a Víctor, me preguntó qué estaba haciendo y le respondí que solo estaba trabajando. Él me contó que estaban por empezar en la Primera B con chicos de 14 y 15 años, que eran muy buenos, pero les faltaba alguien que pudiera acompañar el proceso. Yo le ofrecí mi pase y al otro día me respondió con un dirigente tocando la puerta de mi casa”, comentó.
Solo exigió una condición: no entrenar a la par del equipo. “Por cuestión de tiempo no podía sumarme, pero iba a dar mi aporte desde el lugar que me toque. Solo quería cuidar a los pibes, guiarlos en una competencia muy dura. Yo te acompaño, pero no voy a ir a los entrenamientos”, le señaló.
Allí, los directivos “me ofrecieron dirigir las categorías formativas y en ese momento la escuelita entrenaba en la Rural, después se alquilaba para generar ingresos. Lo manejaba CAI en esos años. Agarré Novena División y de lunes a sábado manejaba buffet y alquiler de cancha de 20 a 00. Ahí empecé a dirigir”, recordó.
Tres años después, decidió realizar el curso de técnico y en el final del siglo XX no trabajaba más con el alquiler de canchas. Directamente se volcó al fútbol porque “la vocación siempre la tuve, mi preparación y mi capacidad fue trabajar en el día a día. Desde que dirigí Novena por primera vez, solo pensé en una cosa. Voy a ser profesional”, añadió en relación a un proceso donde muchas veces pensó abandonar y dejar de lado su sueño.
El factor económico, el aspecto que lo llevó a analizar su retiro
Fueron varios momentos importantes, situaciones que no involucraron únicamente al reciente entrenador recibido.
“Empecé a ver cómo los sueldos se atrasaron, había una familia que mantener, hijos de por medio y un alquiler que pagar. No llegaba ni a principio de mes, tenía cuentas que pagar y no era una sola boleta, eran tres. Pagaba una y no me quedaba para comer. Ahí dije basta, hasta acá llegué”, afirmó.
Sin embargo, sintió que había “algo”, un motivo para no dejar todo y seguir apostando por el fútbol. “Yo mismo pensaba y decía que la oportunidad iba a llegar”, sostuvo con una sonrisa ya que ese esfuerzo terminó siendo esencial.
Pero su familia fue quien festejó cada logro porque “hicieron todo para apoyarme, en mi caso no hice un sacrificio. Cobrar un mes o dos meses no me generaba un malestar, es más, llegaba con más ganas a los entrenamientos, tenía fuerzas a pesar que mi realidad familiar y personal era totalmente contraria. Ellos bancaron y disfrutaron cada meta que cumplí, se lo merecen”, se sinceró.
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“Es más, hace poco mi hijo me recordó cuando viajé por primera vez a Italia con un equipo de la CAI y gracias a Mario Santana, pude apreciar un partido de la Primera División entre Chievo Verona y Lazio, el tiempo me terminó dando la razón porque disfruté algo que veía por televisión”, expresó con orgullo.
Diego Cocca, la persona que apostó por él y lo llevó hasta el Estadio Azteca
Ambos se conocieron en la CAI, cuando el cuadro comodorense militaba la segunda divisional del fútbol nacional en la temporada 2008-2009. Coincidieron y posteriormente forjaron un camino más allá de lo laboral.
Estuvieron juntos en Gimnasia y Esgrima (La Plata) y Santos Laguna de México, siendo este último equipo la primera gran oportunidad del "Gato" en el plano internacional. Fue como asistencia, pero terminó dirigiendo al Sub-20 del elenco mexicano y arribando a una final contra el América en el Azteca. Antes, eliminó a Atlas en el Jalisco.
En pocas palabras, “estuve en dos estadios emblemáticos para nuestro fútbol porque Argentina jugó la semifinal y final en el Mundial del 86. Estuvo Diego Maradona en ambos sitios, hablando con vos me viene a la memoria estos recuerdos que yo no le di la dimensión que debían tener en su momento”, lanzó con cierta nostalgia.
Luego de un paso por Godoy Cruz, se reencontró con Cocca en Defensa y Justicia, quedando en el corazón de los hinchas ya que “llevamos al club a Primera División por primera vez en su historia. Pueden pasar 100 o 200 años y el nombre de cada integrante del cuerpo técnico no se va a borrar jamás en la vida”, aclaró.
La “mano de Bou”, la jugada que cambió la historia de Racing
En Avellaneda consiguió el logro máximo y que no todos pueden contar. Racing se consagró campeón del Torneo 2014 luego de trece años sin éxitos, en una lucha sacrificada con River, a quien le arrebatan el título a tres fechas del final
No todo fue color de rosa en la “Acadé”. La derrota frente a Independiente y las declaraciones de Cocca pusieron en vilo su futuro en dicha institución. Hubo un click y fue ante Boca Juniors, luego de dar vuelta un partido en La Bombonera.
Aquel 25 de septiembre, Racing venció 2-1 con un polémico gol de Gustavo Bou que terminó siendo determinante.
“Con el tiempo nos enteramos que fue con la mano. Solo Agustín Orión reclamó la jugada, yo desde el banco pensaba que no podía exigir nada si ni la vio, tremendo cabezazo fue. Una imagen, una foto y se ve que la pelota le da en la mano. Con VAR ese gol no era válido, pero fíjate que fue elemental porque ganamos el campeonato con esos dos puntos", detalló. También aseguró que bajar el porcentaje de goles en contra le permitió lograr el título que los clasificó a disputar un certamen continental.
La Copa Libertadores es mi obsesión
Fue un sueño hecho realidad. Vivir la experiencia de la competencia más importante del continente significó un triunfo en la vida de Montesino.
“Fui protagonista de un torneo que siempre vi por la tele, toda mi vida quise estar ahí y lo cumplí. Dios me dio el privilegio, con jugadores líderes como Diego Milito, un señor con todas las letras. Líder indiscutido junto a Sebastián Saja, nos dieron una mano en ese proceso que terminó con una eliminación ante Guaraní de Paraguay con el Cilindro aplaudiendo nuestro esfuerzo”.
Ese encuentro lo vio desde afuera por una expulsión en el encuentro de ida. “Peleamos hasta el final con un grupo excelente, había seriedad, compromiso, compañerismo, nos fuimos con orgullo de Racing por cómo nos despidieron”, agregó.
El regreso al “Globo”, el paso previo hacia medio oriente
En Huracán de Comodoro, entre 2017-2018, consolidó a un equipo que disputó un Torneo Federal B de manera invicta por 15 partidos, perdiendo en Viedma ante Sol de Mayo por 5-0. Pero eso no impidió el trabajo que dejó en el cuadro del barrio Industrial, su primer club como entrenador principal.
“Si no hubiera hecho las cosas bien no hubieran vuelto a llamar. Aquella vez consideré que estaba preparado, tenía experiencia y capacidad para lanzar mi carrera. A veces no es como uno desea y quiere. Ahora estoy un proceso de capacitación, pero no en lo profesional. Mi preparación va a ser el idioma, cuando aprenda a hablar el inglés de la manera fluida, ahí me voy a Medio Oriente. Voy a pegar el salto”, aseguró.
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El "Globo" se prepara el próximo Torneo Regional con Montesino en el banco de suplentes. "El equipo que se va a ver en cancha será ordenado, prolijo, proponiendo en campo rival", remarcó.
Su historia con Sergio Chiquito Romero y otros grandes talentos
De la CAI vio pasar muchos jugadores, pero uno le llamó la atención: Sergio Romero, el flamante refuerzo de Boca Juniors.
“Lo llevé al Mundialito de Roca, era una categoría menor que sus compañeros y terminó jugando. Tenía una calidad impresionante, grandes cualidades para su edad y terminó siendo titular”, afirmó.
También observó a a Leonardo Ulloa, un “9” impresionante que pidió llevar a Comodoro. “Le conté al presidente del club, le dije que era un centro delantero que nosotros no tenemos, lo invité y terminó siendo un futbolista de primer nivel”, comentó.
Por su parte, “reclutó” a Ignacio Malcorra, apostando fuertemente por él. “Lo vi en Río Colorado y lo llevamos a todos lados. Quedó en River, hizo todas las inferiores, pero no firmó contrato. Lo llamé y le dije que vuelva a la CAI porque quería dejar el fútbol, lo motivé a regresar, tenía todo para brillar. Me hizo caso a la sugerencia e hizo una carrera impresionante, volvió y se mantuvo en Primera hasta la actualidad”, señaló.
También supo transmitirles sus conocimientos a jugadores como Nicolás Freire, Luciano Cabral, Adrián Spörle y Andrés Epúl, un chico que tenía muchas condiciones e “iba a llegar a Primera".
Tras su paso por Nacional de Ecuador, valoró un reconocimiento de Ely Esterilla, quien le regaló una camiseta porque le confió que “aprendió mucho” en su paso por Santos Laguna.
Por último, agradeció el gesto de los jugadores de Sporting de Bahía Blanca, quienes le enviaron mensajes tras su arribo a Huracán y cerró que “el cariño uno se lo gana con trabajo, respeto y profesionalismo”.