Los arqueros: para muchos un puesto menospreciado, para otros un estilo de vida
En el “Día Internacional del Arquero” desde PDC saludamos a los “locos” que eligen su lugar en la cancha debajo de los tres palos, por detrás de las mieles del grito de gol. Dvejanov, “Bocha” Rodríguez, “Loco” Llesona, Horacio Moyano, algunos de los grandes de la ciudad que están de festejo.
Texto: Franco Córdoba | Foto principal: Carlos Alvarez
Él es distinto al resto desde que pisa la cancha para jugar o entrenar y hace algo que no hacen los que corren y por eso hasta lo miran de reojo. Se arrastra, se arroja para la derecha, la izquierda si hasta parece un frontón donde lo pelotean.
Juega en el fondo, bien pegado a la línea de gol, aquella que si él pifia queda la ingratitud a lo mejor de ser culpable de un error que nació en el mediocampo, en un cierre defensivo y todos le apuntarán porque no pudo hacer nada.
Te juzgarán detrás del alambrado porque sos enano, gordo, chueco, que la ropa, las medias y hasta tu forma de jugar con los pies o las manos en propios y rivales desde las tribunas.
Sos aquel que cuando tu equipo mete un gol siempre festeja solo, alejado y a la vez tenés la vista privilegiada de saber cómo se mueve tu equipo, donde podes ordenarlo, por eso para muchos sos una pieza importante a fuerza de gritos bien dados.
No sos ni más ni menos que el arquero, el portero, cancervero, golero en portugués, Doelman en Alemania u Holanda, Keeper o Goalkeper en inglés, según la definición que le den los comentaristas o la definición de -para muchos- del “peor” puesto de la cancha.
Y a pesar que para muchos grandes futbolistas el arquero sea un puesto menospreciado muchos de ellos gozan de una personalidad que mueve al equipo, y lo convierte en un líder “nato”, que le da la seguridad de que nada pasará por esos tres palos y que dejará el marcador en cero para sus compañeros.
La figura del “1” se agigantará con cada ataque frustrado del rival, muchas veces cuando avanzan hacia su área con su mano izquierda abierta recibe el golpe de puño de la derecha, se agacha y va siguiendo con atención la jugada, como cuando se aplaude y mete un grito para ordenar la defensa o avisarle al lateral por derecha que “pican por afuera”.
En el mano a mano un sentido “casi arácnido” será el que le de la chance de atajar unas de las más maravillosas jugadas que pueda tener un arquero. Deja en evidencia la elasticidad y el trabajo de arroje al piso de la semana, pero el instinto y personalidad que lo agigante como una montaña frente a los tres palos.
Sin embargo, los penales serán lo que muchas veces le hagan ganar campeonatos, le asegure la titularidad y que la soledad del festejo del gol cambiará por el arroje de sus compañeros como si él hubiera convertido el gol en el último minuto, que le demuestren lo valioso que es dentro del campo.
El “Día del Arquero internacional” se celebra desde el 2013, en conmemoración al nacimiento del colombiano Miguel Calero, ex portero del seleccionado "cafetero" quien murió de una enfermedad terminal a los 41 años.
En Comodoro Rivadavia muchos arqueros engalanaron la historia del fútbol comodorense, como por ejemplo Julio Montoya en los 40 con Talleres Juniors, Pedro Dvejanov en los 50 para Ferrocarril del Estado, Juan Carlos “Bocha” Rodríguez mítica leyenda del “Globo” de los 70, Adrián Llesona en el “Globo” de los 80, Horacio Moyano que llegó desde Buenos Aires para que al día de hoy siga haciendo docencia en el puesto o Emanuel Trípodi que llegó tuvo dos pasos por Boca, por nombrar a algunos referentes como aquellos que pasaron por los clubes de la ciudad o de los veteranos que siguen despuntando el vicio y que desde Pasta de Campeón intentamos homenajear.
Porque el puesto de arquero para muchos es un puesto menospreciados, para otros un estilo de vida.